En este artículo se explican los retos creativos que Robert Helpmann ha tenido que afrontar en relación a "Miracle in the Gorbals" (1944) y "Adam Zero" (1946) al examinar las dificultades presentadas en los conceptos detrás de los escenarios y los propios compromisos de Helpmann, En relación a la recepción de los ballets, el autor explica las controversias sobre las elecciones de los temas elegidos por Helpmann, así como, el desequilibrio entre los aspectos teatrales y coreográficos de estas obras. El autor del artículo argumenta que las partituras de Arthur Bliss para ambos ballets muestran que ha sido un colaborador ideal para Helpmann. La personalidad creativa de Bliss le convierte en un compositor efectivo y comprensivo para estos ballets, teniendo en cuenta sus requerimientos dramáticos. Solo la consciencia de la realidad teatral de estos ballets nos permitirá una adecuada evaluación de las partituras de Bliss para Helpmann.